DOMINO Y ALGO MAS (214)

01.02.2012 12:42

 

 

Hace varias semanas escribí sobre las pretensiones desmedidas y distorsionadas, de algunos miembros de federaciones y asociaciones de dominó, quienes teniendo un bajo nivel de juego, al entrar a ocupar los cargos, sufren una especie de metamorfosis, algo así como el cuento del hombre-lobo, y se creen, de la noche a la mañana, jugadores de alto nivel…

 

Naturalmente que tales pretensiones, están totalmente disociadas de la realidad. El dominó no se aprende de la noche a la mañana. No es producto de un encantamiento. Ni menos aún surge por el hecho fortuito de ocupar un cargo en alguna federación o asociación de dominó…

 

Sin embargo, la presencia de éste tipo de patologías es más que frecuente. Directivos de dominó, disfuncionales en materia dominocística, pretenden dictar clases de dominó… No saben con que ficha salir en una “mano”. No saben que “palo” iniciar. No saben dar ni recibir información lícita y éticamente. No conocen la ubicación de las fichas no jugadas, y por ende las del compañero, etc., y aún así, se atreven a dictar clases de dominó…

 

Hacen gala de una falta de vergüenza de marca mayor, pierden el sentido de la realidad, y en su anhelo de ser reconocidos como dominocistas de buen nivel, lo que en realidad logran, es desnaturalizar y destruir el Dominó por Parejas.

 

Pues bien, con ocasión de la columna referida al inicio de la presente, he recibido distintos correos electrónicos, de los cuales he seleccionado uno, entre otras razones porque su autor, el Dr. Orlando Oquendo R., fue, hasta hace poco Miembro del Tribunal de Honor de la actual Junta Directiva de la Federación Venezolana de Dominó, así como también Asesor de la Federación Internacional de Dominó. A continuación, con la licencia debida, transcribo algunos pasajes de dicho correo:

 

“…Debo decir que suscribo casi en su totalidad lo que certeramente manifiestas en ella, y digo casi porque con nostalgia y esperanza a la vez, que alguno habrá que pueda reunir ambas cualidades, sentido común para calzar los puntos necesarios para fungir de dirigente deportivo, al tiempo que este investido de los talentos que puedan permitirle el lujo de sembrar semillas de conocimientos en personas que de alguna

forma puedan y quieran elevar su nivel competitivo dentro de la disciplina. Tristemente es como conceder el beneficio de la duda.

…Como en todas las situaciones de la vida, acabamos siempre por enfrentarnos a la aplastante e indefectible realidad, y es aquí donde suscribo las opiniones que contiene la columna en cuestión, pues estamos plagados de señores que a pesar de que no se sabe de dónde sacaron sus pergaminos dirigenciales que exhiben, se ufanan de los mismos y por añadidura les agregan componentes didácticos de utilería, que, a los ojos y oídos de la gleba dominocística, son de gran connotación y hace que se conviertan en profesores de pacotilla que mucho daño hacen al domino.

Para ambas facetas hace falta gran talento y preparación, tanto para ser dirigente como para enseñar el dominó o cualquier deporte. NO hay lugar para la improvisación o la audacia. El tránsito por el deporte de quienes utilizan estas argucias fetichistas, es efímero, pues nada dejan sino confusión y falsos conceptos, y el daño que causan podría ser de magnitud inconmensurable…”

 

Concluida la cita del correo de Orlando, es de agregar que, no todo el que quiere, puede. Una cosa es querer, otra es poder, ya sea en el dominó, o en otra disciplina. No es grave que un dirigente de federación o asociación de dominó, no sepa jugar dominó. El dominó, como cualquier otra cosa, se puede aprender. Por lo menos, hasta cierto nivel. Lo grave es pretender que se sabe, cuando no se sabe. Y más aún, cuando esa pretensión está apoyada en un cargo de poder.

 

Se imaginan Uds., lo grave que sería ser atendido por un médico que no sepa de medicina, o por un abogado que no sepa de leyes, o por un plomero que no sepa de plomería…Cualquier problema o inconveniente, lejos de desaparecer, se hace más agudo, más permanente, más complicado…

 

Y cuando el plomero opina de medicina, el abogado de plomería y el médico de leyes, dichas opiniones no traen nada bueno. Las cosas se complican, se enredan y se confunden. Si son hechas por personas de “buena fe”, que no se han percatado que no saben, son inconvenientes y peligrosas, y si son hechas por personas de “mala fe”, que si se han percatado, que saben que no saben, peor todavía…

 

Quienes ocupan o han ocupado cargos en federaciones y/o asociaciones de dominó, no están obligados a ser: A) Expertos de dominó, ni B) Maestros de dominó. A lo que si están obligados es a: C) Cumplir, y hacer cumplir sus funciones directivas, las que les corresponden. D) Abstenerse de invadir áreas y funciones que no les corresponden y E) No dañar el Dominó, ni a los Dominocistas. Ni más, ni menos.

 

 

Por: Ignacio Zaibert